
Al llegar la noche la isla de La Graciosa cesa su actividad, dejando atrás el ajetreo que se inicia desde prácticamente las ocho de la mañana.
Desde hace ya varias décadas el verano suele ser así, turismo que viene a quedarse en apartamentos, pero también muchas personas que vienen a pasar el día.
Toda esta cantidad de personas, como es lógico, consumen algunas de las actividades que se prestan en la isla, líneas regulares, alquiler de bicicletas, coches con conductor, bares, restaurantes, apartamentos, supermercados o tiendas de recuerdos.
Además, estas personas hacen uso de los servicios que hay en la isla, residuos, agua potable, luz, señal de internet, seguridad o sanidad.
Servicios que tradicionalmente eran para unas seiscientas personas, pero que ahora consumen muchísimas más.
Cuando llega este mes suenan las alarmas, ya es normal que sea así, se empieza a notar mucho más aquello que no va bien, problemas con la red móvil, con el suministro del agua o con el saneamiento.
Se pone de manifiesto que la isla necesita una puesta a punto, esta Graciosa no es la que vivieron nuestros padres, pero tampoco la de nuestra juventud.
Por aquí pasan más de dos mil personas diarias, una oportunidad laboral, pero también un reto para la isla.
La Graciosa necesita de una ordenación y de una gestión conjunta entre las diferentes administraciones.
No puede ser que pasados casi cuarenta años de parque natural no exista todavía un órgano de gestión.
Las diferentes administraciones están condenadas a entenderse, pues para resolver cualquier tema hace falta la cooperación de unas con otras.
Ya sea para sacar adelante el porn o el Prug.
Terminar la red de saneamiento o arreglar la instalación del agua.
Acondicionar los caminos o el muelle y los muros de Pedro Barba.
Reforzar la seguridad y las emergencias.
Nosotros como ciudadanía, si queremos, podemos ayudar a que las cosas mejoren, pero la sensación general es que la solución no está del todo en nuestras manos.
Se nos escapan los conflictos entre grupos políticos, las prioridades de las instituciones u otros condicionantes que puedan existir.
Bueno, ya es muy tarde, a descansar que mañana es otro día.